¿Cómo preparar una ensalada para acompañar mi lasaña?

1. Elige una base fresca y verde

La base de una buena ensalada son las hojas verdes. Opta por mezclas como:

• Espinacas baby: Suave y con un sabor ligeramente dulce.
• Lechuga romana: Crujiente y clásica.
• Arúgula: Ideal si prefieres un toque ligeramente picante.

2. Agrega color y sabor con vegetales

Incorpora ingredientes frescos y vibrantes que contrasten con la lasaña:

• Tomates cherry: Jugosos y dulces, son un clásico en las ensaladas.
• Pepino: Aporta frescura y un toque crujiente.
• Zanahoria rallada: Añade un toque dulce y colorido.
• Pimientos: Usa pimientos rojos o amarillos asados para dar un sabor ahumado.

3. Incluye algo crujiente

Para darle un toque especial, añade ingredientes crujientes como:

• Nueces o almendras tostadas.
• Crutones caseros (puedes prepararlos con pan viejo y hierbas).
• Semillas de girasol o calabaza.

4. Equilibra con un ingrediente cremoso

Agrega un elemento suave que complemente los sabores:

• Queso feta o mozzarella en cubos.
• Aguacate en rodajas.
• Un huevo cocido cortado en trozos si buscas algo más sustancioso.

5. Prepara un aderezo ligero

El aderezo es clave para resaltar todos los sabores. Prueba esta receta fácil y deliciosa:

• 2 cucharadas de aceite de oliva.
• 1 cucharada de jugo de limón o vinagre balsámico.
• 1 cucharadita de miel.
• Sal y pimienta al gusto.

Mezcla bien y vierte sobre la ensalada justo antes de servir.

6. Opcional: Un toque de fruta

Para un contraste interesante, puedes añadir frutas como:

• Rodajas de manzana verde.
• Arándanos secos o frescos.
• Gajos de naranja.

7. Montaje y presentación

Por último, coloca todos los ingredientes en un bowl grande, mezcla suavemente y sirve en platos individuales o como centro de mesa.

Con esta ensalada fresca y equilibrada, tu lasaña tendrá el acompañamiento ideal para una comida inolvidable.

¡Disfruta y buen provecho!